“Lo mejor de este arte es la relación con el viandante, la calle es pura magia”
Son numerosos los murales tuyos que los vecinos pueden encontrarse y disfrutar en las paredes de Sestao, abarcando cada vez más zonas del municipio.
En Sestao venimos realizando un trabajo de rehabilitación por barrios desde 2018. Tenemos diferentes murales repartidos por todo el pueblo (en varios centros educativos, en diferentes zonas de la Gran Vía, en las calles Txabarri, Miguel Servet, Las Llanas, etc.). Además está el paseo de la Benedicta, donde vengo pintando por mi cuenta desde principios de los 2000.
De todos ellos, ¿cuáles son para ti los más especiales?
El trabajo con el que comencé, ‘los ojos de la niña afgana’, tuvo una gran aceptación, y fue un buen comienzo para una gran relación con grandes resultados y objetivos cumplidos. Desde ese mural y de camino hacia el Parque Amador Palma, podemos disfrutas de otros tres murales muy interesantes, además del que está en el citado parque.
¿Cómo fue surgiendo esta relación con el Ayuntamiento?
Todos los trabajos son por encargo, y realmente es curioso porque jamás me he ofrecido a nadie para trabajar. Los distintos clientes siempre me localizan de una u otra manera, a veces por el boca a boca, otras por el interés de algún trabajador por mejorar el entorno de su pueblo, funcionarios que me encuentran pintando en la calle, Internet, etc.
¿Notas que a la gente le gustan este tipo de obras y que se respetan?
La aceptación es asombrosamente buena hasta para mí. Uno no se acostumbra a que más de 20 años después le feliciten varias veces al día. Es una bendición que a la gente le guste tanto lo que hago, bien sean niños, jóvenes, mayores o ancianos de cualquier raza y condición. El respeto por la obra también es sorprendente y la verdad es que se agradece. Algo haremos bien.
¿Qué significa para ti este tipo de arte?
Para mí es pintura terapéutica. Es tratar de hacer de algo ‘underground’, una actividad que mejore el entorno y que todo esto repercuta para bien en el futuro, mejorando la visión y el respeto a esta actividad artística y, en base a esto, ayudar además a que los futuros creadores tengan el camino allanado. Lo más especial quizá sea esa relación interpersonal diaria con el viandante. La calle es pura magia.
¿Cómo es el proceso a la hora de diseñar la obra?
Es complicado explicar el proceso creativo, puesto que en cada trabajo puede ser distinto. Hay que tener en cuenta el cliente, el lugar, el público objetivo, la temática, etc. Pero siempre trato de darle al conjunto un punto de originalidad, de ironía y de simpatía.
¿Cuáles crees que son tus mejores cualidades como artista?
Destacaría la versatilidad (hago todo tipo de estilos, con calidad aceptable), además de la destreza con el manejo del spray, originalidad, experiencia y profesionalidad.
¿Cómo surgió tu afición por este arte?
Desde bien pequeño tuve afición por el lápiz, y después de dibujar hasta los 14 o 15, descubrí de casualidad esto del grafito y cuando tuve un boceto trabajado, decidí salir a plasmarlo en la pared. Y después de mil millones de aventuras aquí sigo, dando color a todo lo que pillo.
¿Tienes algún artista como referencia?
Creo que todos los que hacemos graffiti tenemos un montón de artistas que nos influencian y a los que seguimos, pero en mi caso nada de ídolos ni similar, y si acaso no admiro al artista, sino a su obra. Tengo constancia de que he sido fuente de inspiración a lo largo de estos años para distintos chicos y chicas, y es un orgullo, la verdad.
Hay algún espacio concreto o alguna temática especial que te gustaría o tengas en mente pintar en un futuro?
Tengo distintos proyectos y sueños que no se pueden comentar porque se autodestruyen si los dices en alto (lo aprendí hace tiempo). En cualquier caso, lo mejor siempre está por llegar y ahí estaré yo para darle mi toque de color. Gracias a todos los que creen en mí.