Iván González presenta al público su primera novela

Recientemente se ha publicado tu primero novela, ‘El diario de Olivia Morgan’, ¿cuál es el argumento del libro?

Es el comienzo de una trepidante saga donde seréis testigos de excepción del origen, evolución y ¿final? de una pandemia que asolará el mundo. Esta historia no es una aventura de zombis, los infectados son humanos afectados por un virus que los convierte en seres rabiosos. Por poner un ejemplo cinematográfico, esta novela se inspira más en la célebre ‘28 días después’ que en cualquier crónica de zombis. Pero esta odisea es mucho más que una oda a la supervivencia. En ella encontraremos conspiraciones, romanticismo, suspense, terror y un sinfín de sentimientos y emociones enfrentadas que llevarán a los protagonistas a afrontar decisiones cruciales que marcarán su sino para siempre.

Está ambientada en Bilbao, Barakaldo y diversos puntos del entorno, ¿por qué te has decidido por esta zona?

Estoy cansado de que todas las historias que leo sobre este género estén ambientadas en lugares que apenas conocemos o que conocemos solo a través de las películas. Nadie se extrañaría de que esta trama ocurriera en Nueva York o San Diego, por ejemplo. Y yo me pregunto, ¿por qué el comienzo del fin no puede ocurrir en nuestra tierra? Esta novela es la respuesta a esa pregunta. Además, creo que como lector ayuda mucho a la inmersión tener la posibilidad de visitar los rincones que lees en los libros. Nuestro territorio tiene innumerables escenarios inspiradores para este género. Solo hay que apostar por ello.

¿Qué emociones esperas provocar en el lector?

Hasta ahora, la mayoría de los  lectores coinciden en la angustia que les ocasiona la novela a medida que van trascurriendo los hechos. Angustia bien entendida, por supuesto. Me refiero a la sensación de sentir que el ritmo frenético y creciente de la historia te atropella una vez tras otra, y que necesitas acabarla cuanto antes para quedarte en paz contigo mismo.

¿Cómo ha sido el proceso creativo de este libro?

Intenso. Ya tenía mucho trabajo hecho de antes porque la cepa de la trama, nunca mejor dicho, nace en 2014 en un macro real game masivo para el cual escribí el guión. En lo que se refiere al proceso de escritura y documentación, me ha llevado unos 14 meses aproximadamente. Eso sí, más de lo que me hubiera gustado porque no he podido dedicarle todo el tiempo que hubiese querido, ya que soy sanitario y hemos estado a tope con la situación actual.

Anteriormente habías publicado un libro ilustrado sobre un mundo de fantasía, ¿cómo fue esa experiencia?

‘Dancú, las crónicas de Lissandria’, que también es un juego de rol, fue financiado con muchísimo éxito mediante la fórmula de mecenazgo. Además, fui de la mano de una editorial. Por el contrario, la novela es independiente y creada a través de la plataforma para autores de Amazon. Cada método te aporta diferentes cosas. Con la novela asumí más riesgos pero controlo prácticamente todo. Con el mundo de fantasía siempre se tienen más roces y más tensión con editores y demás. Ambas me han aportado mucho, sobre todo, la innumerable gente estupenda que he conocido y que perdurará por siempre.

¿Qué otros trabajos relacionados con la escritura has realizado?

Varios relatos en algunas antologías. Además, hago crónicas para festivales de cine, tengo una página de microcuentos y escribo guiones para roles en vivo.

¿Qué es lo que más te llama la atención del mundo de la literatura?

La posibilidad de visitar mil mundos y meterte en la carne de otros tantos personajes sin la necesidad de moverte del sillón. La literatura debería estar más considerada y ser más accesible en los lugares con dificultades para ello. Es mucho más que leer y escribir. Es cultura y enriquecimiento interior. Es libertad.

¿Tienes ya en mente alguna futura novela?

Hay varios proyectos en la mesa. Entre ellos, la continuación de ‘El diario de Olivia Morgan’ y un libro de relatos sobre experiencias vividas en mi trabajo durante la pandemia. También una novela basada en la lucha de mi mujer contra el cáncer.